lunes, 5 de marzo de 2012

Quizás.

Quizás en una vida pueda tocar el sol en las noches.
Quizás pueda sentir tu sombra bajo la oscuridad.
Y guardaré mis sueños bajo la almohada para cuando vuelvas.
Estaré esperando tu llegada, al tocar la puerta o quizás entrar por la ventana. Tendré mi alma en las manos para que la tomes y te vayas.

miércoles, 22 de febrero de 2012

¿Tú sientes?
¿Sientes el corazón latir?
¿Sientes el aliento salir?
¿Sientes?
¿Sientes dentro de ti?
¿Sientes cómo se imprimen mis besos?
¿Sientes cómo duele al alejarme?
¿Sientes y necesitas?
¿Necesitas de mí?
Aquí estaré.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Qué pendejo aquel hombre que deja escapar algo que nunca quiso irse de su vida: como aquella paloma que crió desde pichona, como aquel perro que fue su fiel amigo, como aquella hermosa mujer que corrió de su vida.

Dejó sus manos vacías, ni el viento entraba en ellas, rasgadas, usadas. Manos con restos de plumas, quizás pelos o trazos de piel.

Disculpe, ¿desea tomar mi mano?

lunes, 14 de noviembre de 2011

¿Qué sentirán los árboles?

Los árboles en su corteza, quizás, tengan los rostros tallados de aquellos que un día los talaron e hicieron uso de ellos. O tal vez sonrían al ser cortados, y quizás, se llenen de alegría porque les espera una mejor vida. Quizás tengan un cielo y un paraíso donde descansar, y que todo sea viento y lleno de hojas sin marchitar.

Y ese cielo ¿tendrá un lago inmenso?

En ese lago las raíces de los árboles saciarían su sed. Se mantendrían húmedas y no resecas como en este mundo. Tendrían a su disposición el agua, y no esperarían a que un humano o ese ser llamado Dios les permitan beber de ella.

Pensándolo bien, la felicidad les esperaría en aquel mundo, y no en éste donde son maltratados, y tienen que lidiar con ese sentimiento atroz de que sus hojas se marchiten, se deprendan de sus ramas, dejándolos así, vacíos y sin poder dar sombra.

¿Qué sentirán los árboles?

jueves, 13 de octubre de 2011

Hasta que ya no respire,
cuando quede sin aire,
en ese momento que esté muerto,
moriré al suspirar.
Quedar sin aire ¿A eso le llaman suspirar?
Entonces sé, que moriré en mi último suspiro.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Mi sol eres tu.

Sus ojos brillaban con la luz del sol,
mientras ella miraba mi rostro fijamente,
su mirada me helaba el cuerpo,
mientas mi ser se encerraba en sus pupilas,
ese sol que le daba brillo a sus ojos,
me di cuenta, era yo.


Me hice viento.

Un árbol me quiso abrazar, pero se dio cuenta que no tenia brazos. Él quería ser humano para poder tener brazos y no ramas, las ramas me lastimarían al tratar de abrazarme, estropearían mi piel.
No imagino lo que sentiría aquel árbol, al no poder brindarme su cariño. Por eso, un día cumplí su sueño, y le acariciaba sus ramas al igual que él a mí. Me hice viento.